jueves, 1 de abril de 2010

James Lovelock y la Hipótesis Gaia



La hipótesis de Gaia es un conjunto de modelos científicos de la biosfera en el cual se postula que la vida fomenta y mantiene unas condiciones adecuadas para sí misma, afectando al entorno. Según la hipótesis de Gaia, la atmósfera y la parte superficial del planeta Tierra se comportan como un todo coherente donde la vida, su componente característico, se encarga de autorregular sus condiciones esenciales tales como la temperatura, composición química y salinidad en el caso de los océanos. Gaia se comportaría como un sistema auto-regulador (que tiende al equilibrio).

La teoría fue ideada por el químico James Lovelock en 1969 (aunque publicada en 1979) siendo apoyada y extendida por la bióloga Lynn Margulis. Lovelock estaba trabajando en ella cuando se lo comentó al escritor William Golding, fue éste quien le sugirió que la denominase “Gaia”, diosa griega de la Tierra (Gaia, Gea o Gaya).

Lovelock fue llamado por la NASA en 1965 para participar en el primer intento de descubrir la posible existencia de vida en Marte. Participó como asesor de un equipo cuyo objetivo principal era la búsqueda de métodos y sistemas que permitieran la detección de vida en Marte y en otros planetas. Uno de los problemas a resolver sería el encontrar los criterios que deberían seguirse para lograr detectar cualquier tipo de vida. A Lovelock le llamaron la atención las radicales diferencias que existían entre la Tierra y los dos planetas más próximos, fue la singularidad de las condiciones de la Tierra lo que le llevó a formular su primera hipótesis.

"Es demasiado tarde para salvar al planeta"

Ésta es la conclusión del profesor James Lovelock, el polémico científico británico de 90 años que desarrolló la Hipótesis de Gaia, una teoría que sugiere que la Tierra es una vasta unidad cuyos componentes interactúan, manteniendo un equilibrio, que, durante miles de años, ha favorecido a la especie humana.

En entrevista con la BBC, Lovelock aseguró que la única esperanza de cara a un cambio climático completamente impredecible, es que que la Tierra se "haga cargo" de sí misma.

Y aunque las palabras del científico no son muy alentadoras, no atribuyó la responsabilidad a los seres humanos por el estado en el que se encuentra el planeta.

"Nosotros hemos apretado el gatillo, pero no somos culpables. No nos propusimos deliberadamente calentar el mundo, pero como resultado de lo que hicimos -construir civilizaciones-, iniciamos un cambio"

Modelos vs. realidad


Por otra parte, el experto predijo que el clima de la Tierra no se acomodará de forma conveniente a los modelos climáticos elaborados por los científicos.
"Si tomas la última Edad de Hielo (...) pasaron cerca de 2.000 o 3.000 años hasta que la temperatura se calentó en 5º y no fue una curva suave y pareja como predicen los modelos, sucedió como una serie de sacudidas y saltos", aseguró el experto.

"Subió hasta la temperatura que casi tenemos ahora, al final de la Edad de Hielo, luego disminuyó hasta temperaturas más bajas que incluso que durante la Edad de Hielo y se mantuvo así por cerca de mil años, hasta que otra vez subió", explicó el científico.

Esto, añadió, es lo que explica que no haya subido la temperatura en este siglo y el hecho de que hayamos tenido uno de los inviernos más fríos en años, no sólo en el Reino Unido, sino también en el resto del hemisferio norte.

Disfrutar mientras sea posible

En cuanto a las soluciones de geoingeniería que muchos proponen para frenar el calentamiento global, Lovelock se mantuvo escéptico.
Disfrutar la vida mientras se pueda, es la propuesta del experto.

Detrás de estas propuestas "no hay buena ingeniería práctica, lo que hay es ideología e intereses económicos. Europa tiene una obligación enorme en términos de energía renovable y subsidios para desarrollar energía renovable. Y esto es un buen negocio. Por eso no será fácil frenarlo"

"Pero en realidad", afirmó el experto, "no funciona".

En síntesis, los intentos por salvar al planeta, en opinión de Lovelock, no tienen ningún sentido. Sencillamente "porque no podemos hacerlo. No somos lo suficientemente inteligentes para hacerlo", le dijo el científico a la BBC.

"Si se va a salvar, se va a salvar a sí mismo, como siempre lo ha hecho. Así que lo mejor que podemos hacer es disfrutar de la vida mientras podamos", concluyó Lovelock.

Yo pienso que habrá que poner en práctica el mensaje de que aún cuando supiera que el mundo se acaba mañana, hoy plantaría un árbol. Es más necesario que nunca colaborar con GAIA a recuperar el equilibrio.