domingo, 25 de agosto de 2013

EDUCACION Y SEGREGACION


Sabemos de una sentencia del Tribunal Supremo que dictaminaba que educar separadamente a los niños de las niñas no vulnera el principio de igualdad, y que los colegios concertados (la mayoría del Opus) que segregan van a recibir subvenciones públicas.

No voy a entrar a considerar si las niñas o los niños maduran en general de forma diferente, ya que considero que como personas, tienen todo el derecho a recibir una educación que les permita desarrollarse en función de las características propias, independientemente del sexo al que pertenezcan.

La realidad es que las personas e instituciones que defienden esta postura pueden caer fácilmente en educar en función de los roles tradicionales femeninos/masculinos, impidiéndoles a sus alumn@s contrastar con su experiencia que la persona que debería estar sentada su lado tiene sus mismos o parecidos problemas e inquietudes, lo que probablemente contribuirá y mejorará en la comunicación cuando sean mayores.

Nos da miedo lo diferente y muchas veces por eso lo atacamos con vehemencia. Convivir con seres distintos nos amplía nuestra visión del mundo y mejora nuestra empatía: es necesario respetar a otras culturas, a otras capacidades y a otras formas de pensar distintas a las nuestras, siempre claro que no discriminen por sexo, inclinación sexual y respeten a su vez los derechos humanos, el medioambiente y la dignidad animal. 

Quizás jerarquía eclesiástica debería hacerse un examen a fondo para ver si su negativa a que las mujeres puedan ser sacerdotisas y ocupar el papel que Jesús nunca les negó dentro de la Iglesia, no está ocultando una forma de pensar machista o misógina, en todo caso no parece compatible con la no discriminación en función del sexo que promulgan nuestra Constitución Española o Los Derechos Humanos. 

A mi me hace pensar que los colegios que segregan no son los mejores educadores que quiero para la siguiente generación.

lunes, 12 de agosto de 2013

LA ECUACIÓN DEL FUTURO ENERGÉTICO IMPLICA NUEVO MODELO SOCIAL




Los problemas energéticos hay que verlos como un reto para nuestra sociedad para adaptarse a los nuevos paradigmas, y cuanto antes emprendamos el cambio menos costes sociales y económicos tendrá. Hacer el cambio energético es arriesgado pero no hacerlo es suicida.

El camino a seguir para la transición es un activo en la lucha contra la crisis económica, tanto en la protección de los sectores más débiles como en impulsar los sectores industriales de la economía verde. Cuando hay crisis, es una prioridad invertir en los sectores más intensivos en empleo. Este es el caso de las energías renovables, la rehabilitación térmica de los edificios, el transporte público, etc. que puede crear cientos de miles de puestos de trabajo.

En la ecuación tenemos por un lado el cambio climático, la reducción de las reservas de combustibles fósiles, el peligro nuclear, la crisis.

Tenemos que llegar al otro lado de la ecuación en una sociedad en la que ha disminuido el poder adquisitivo medio, necesitaremos satisfacer las necesidades energéticas mediante Energías Renovables y detener el envío de decenas de miles de millones a las monarquías petroleras. Invertirlos en nuestra tierra para alimentar a nuestras economías locales, y promover los sectores de futuro, las fuentes de la innovación, el progreso y el confort, basados en la no contaminación y los recursos inagotables (eficiencia energética, energías renovables).

El único modo de resolver la ecuación es que la sociedad cambie de mentalidad, implica pasar de una economía que ha prosperado gracias al consumismo, a una economía basada en el uso más eficiente posible de los recursos más eficaces. Proporcionar servicios en lugar de empujar a consumir cantidades cada vez mayores, es sin duda una revolución también para los productores de energía.

Reducir las facturas cuando suben los precios: Hay que aplicar medidas arancelarias esenciales (tarifas sociales, las tasas muy progresistas), reducir el consumo de energía y mejorar el rendimiento y la productividad de la energía. Nuestros vecinos británicos y germánicos también han puesto el listón muy alto: duplicar su eficiencia energética para el año 2050.

La pregunta que se nos plantea ahora es simple: ¿debemos seguir otro modelo para evitar que se pierda el tejido industrial en energías renovables que era puntero, generador de puestos de trabajo ahora y en el futuro o debemos ir en el sentido de la reforma planteada por el actual gobierno prolongando la agonía del sector fósil incluidos los numerosos proyectos que pretender poner en marcha como el fracking y que penaliza el autoconsumo?

La transición ecológica es una de las palancas de la recuperación productiva del país, el gobierno debería ahora tomar opciones audaces que favorecen una visión a largo plazo y más allá de conservadurismo,  apoyar el autoconsumo y la descrentralización.

Hay que llevar a cabo la renovación progresiva obligatoria de la mayoría de los edificios de energía (hogares y oficinas) para desarrollar ambiciosos planes de formación en la transición energética, para establecer un marco y una tarifa legal únicos e impulsar las energías renovables, desarrollando fuertemente la investigación sobre el almacenamiento de energía.

viernes, 2 de agosto de 2013

INCENDIOS FORESTALES: ARDE NUESTRO FUTURO



Como cada verano asistimos al espectáculo dantesco de los incendios de bosques y montes. Nos dan datos estadísticos sobre si todavía no se ha superado la superficie quemada del año anterior y te queda  un rumor sordo en el cerebro tratando de extrapolar las cifras en imágenes de desolación, impotencia y dura lucha por sofocarlo de  bomberos, guardia civil, forestales y las gentes del lugar.

Después, pasada la rabia te preguntas si no hay forma de evitarlos,  la mayoría son intencionados o a causa de negligencias. Ya no queda tiempo para parar el cambio climático e impedir la degradación de la Naturaleza de forma irreversible, hemos de ser conscientes de ello toda la ciudadanía, y los incendios aceleran más el proceso, por tanto debemos estudiar las causas y actuar: Poner medios para que no se produzcan, y si lo hacen colaborar en la rápida extinción y recuperar la zona adecuadamente.

Con cada incendio se emiten a la atmósfera toneladas de CO2 (100 por hectárea, hay que recordar que los árboles son el mejor sumidero de CO2), además de dejar el suelo fértil quemado por lo que se degrada y erosiona fácilmente, y es una masa forestal que deja de colaborar en proporcionarnos oxigeno para respirar, en algunos casos se pierden especies animales o vegetales difíciles de recuperar y sobre todo algunas veces desgraciadamente se producen perdidas de vidas humanas.

Con el cambio climático se reduce la capacidad de los ecosistemas para responder y recuperarse de los incendios, la vegetación está adaptada a la acción del fuego y en muchos casos es capaz de rebrotar  o recolonizar, pero ¿Por qué se quema el monte?

·        Por un lado tenemos el abandono de la actividad tradicional del mundo rural: pastoreo y recorte de monte bajo (recogida de leña por los lugareños). Esto hace que haya cantidad de masa vegetal entre los árboles que puede ser presa y  propagar fácilmente el fuego.
·        Por descuidos humanos: la principal es por la costumbre de quemar los rastrojos y ribazos entre la población rural. Y por otras actividades en la que accidentamente se puede derivar la propagación del fuego.
·        Por actos humanos deliberados: Negocio entorno a la venta de madera, precalificación del suelo, apagado de incendios y repoblación de zonas quemadas.

Es hora de que las administraciones tomen medidas no solamente para detectar y  extinguir los incendios, redes de cortafuegos, pistas forestales, puntos de aguas y repoblación sino para evitarlos. ¿Cómo?

Los bosques no deben ser homogéneos eligiendo las especies adecuadas sobre todo autóctonas, se deben mantener “limpios”con desbroces selectivos y localizados que no supongan la total eliminación del monte bajo.

Controlando la gestión de los incendios para evitar que el que los produce intencionadamente se aproveche de ello: Toda la actividad empresarial que pueda beneficiarse tanto para extinguir como para reforestar,  La madera quemada y otros productos forestales afectados y  prohibición de cualquier cambio de uso permanente o temporal de los montes.

Promoviendo actividades encaminadas a mejorar la prevención y mantenimiento adecuado de la masa forestal.