sábado, 5 de julio de 2014

EL PODER Y LA INDEPENDENCIA DE LOS MEDIOS DE COMUNICACION




La justicia es uno de los pilares de la Democracia. Que la prensa informe a los ciudadanos sobre su funcionamiento es legítimo y necesario, pero que se ocupe de la rumorología, de la caza a alguien, cuando no de organizarla, es escandaloso.


La justicia tiene sus reglas. Al profano pueden parecerle esotéricas, pero son la garantía de nuestras libertades individuales.


El compás de la justicia es necesariamente el compás de la paciencia, de la serenidad y del rigor en la investigación.


El compás de los medios de comunicación es el del instante, de lo sensacional y del posibilismo a falta de pruebas.


La prensa es un poder. En pocas imágenes o líneas es capaz de destrozar irremediablemente a una persona. Es un poder formidable en el verdadero sentido del término, un poder que inspira miedo.

En los sistemas totalitarios el control de los medios de comunicación es la clave del Poder Político, en las "democracias mayoritarias" también. La mayoría se construye desde los Medios, financiados por corporaciones globales, nacionales o regionales. Solo difiere la escala, porque el objetivo es el mismo: la mayoría, el pensamiento único. Se nos crean necesidades de consumo y se nos impone una ideología, se silencian temas y se apoyan otros.

        En las pasadas elecciones hemos visto que existe un enorme abismo entre el tratamiento mediático dispensado a los diferentes partidos y ello se plasma en las urnas. Ese abismo se debe a que algunos, por muy reivindicativos que sean,  no suponen un peligro para el status político-económico; por el contrario, la emergencia de un nuevo partido político, como Equo, sí. Llevamos 3 años de existencia y estamos funcionando de forma participativa, paritaria, demócraticamente desde abajo, con transparencia. Hemos hecho primarias abiertas, hemos debatido para elaborar el programa...

 En España no quieren que se hable de ecología política, nos quieren reducir a meros defensores del medioambiente.Nuestro voto crece a pesar de un presupuesto de bolsillo y del “silencio administrativo”.

Y los Medios  de aquí tienen mucho que ver en el asunto. Todos sabemos que cada uno de los medios influyentes de comunicación guarda estrechas relaciones con cada uno de los partidos políticos influyentes.

   La consigna, no escrita, es clara: si  no apareces en los Medios, sencillamente no existes. Es indiferente lo que hagas o digas.  No existes. Si, además, todo aquello que perjudica a EQUO goza de una cabal difusión ¿qué podemos esperar? hay que entender esta “omertá” (ley mafiosa del silencio). 

     Cada redacción debería instaurar un comité de ética compuesto paritariamente por miembros de la redacción y personalidades externas. Cualquier persona que se considere víctima de una falta deontológica podría recurrir a este comité que, tras un debate contrastado, emitiría un informe que podría ser publicado.
 
De este modo renacerá una deontología viva, anclada en lo real de la profesión y que, inevitablemente, cambiará las costumbres. Esta reforma debe hacerse por la prensa y no contra ella. Pero si permaneciera insensible, correspondería a las instituciones ponerla en marcha: el Estado entrega a la prensa dinero público. Por tanto, tiene todo el derecho a exigir, a cambio de estos fondos, que se adopten estos códigos deontológicos.


     (1)       Gracias a Francis Szpiner, abogado, por su artículo titulado “Cloués au pilori des médias” (una traducción puede ser: "Crucificados por los Medios") publicado en la uno de Le Monde el  2 de Octubre de  2003 del cual he extraído  lo fundamental de esta reflexión.