miércoles, 20 de mayo de 2015

Soy verde, soy Equo




Hace ya bastantes meses leí el libro sobre la Inteligencia ecológica de Daniel Goleman (1), hoy quiero profundizar en entender cómo es posible que la mayoría de la población se vea abocada a vivir en situaciones penosas para que haya una minoría que sea inmensamente rica, despilfarradora y nada solidaria.

Quizás sea que al igual que se justifica que los seres diferentes mal llamados inferiores se les puede utilizar para la consecución de nuestros fines sin ningún remordimiento, la élite humana piensa de esta forma sobre las personas, los pueblos, las naciones. El planeta entero es saqueado por su avaricia.

Obviamente saben cómo funciona nuestro cerebro y lo utilizan en nuestra contra. Deberíamos contraatacar y plantear una estrategia.

Si fuéramos capaces de ponernos de acuerdo podríamos darle un vuelco a la situación, pero estamos programados para centrarnos en los beneficios a corto plazo a expensas de los beneficios a largo plazo.

Aquí podríamos ver por qué se apoya la minería, empleo a corto plazo frente al deterioro de la salud de las personas que la trabajan, la contaminación y el cambio climático.

Nos creemos muy inteligentes y sin embargo nos manipulan con diversos medios: religión, educación, televisión, periódicos, internet... por lo que es difícil que podamos tomar conciencia de nuestro poder. 

Cuando nos enfadamos con las medidas de el gobierno de turno, por ejemplo, tenemos que saber que el disgusto no es una reacción psicológica sino neurológica. Cuando en una decisión están implicados el pensamiento y la emoción, ésta casi siempre prevalece.

La desilusión activa el funcionamiento de la amígdala y la insulina. Sin embargo el ver algo que nos gusta activa la parte de la región neurofrontal del cerebro.

Para conseguir pues que nos centremos en los beneficios a largo plazo hemos de ser capaces de generar rechazo por los beneficios a corto plazo y vender los de largo plazo. Tenemos unos grandes retos, tenemos que colaborar, ser capaces de desprogramarnos, conseguir comunicarnos de forma horizontal y fuera del sistema establecido.

Debemos desnudarnos y cuestionarnos muchas de nuestras grandes verdades, detrás se esconden los intereses de nuestros explotadores. Y lo más difícil al parecer es superar las divisiones, estamos etiquetados por múltiples facetas que debemos dejar atrás e identificarnos con lo esencial.

Propongo una cooperativa política donde haya debates de ciudadanos expertos para tratar de llegar a consensos sobre cuestiones que nos afectan. Para lograr nuestros objetivos deberíamos utilizar la desobediencia pacífica y darle una vuelta a la seudodemocracia para que sea un gobierno de y para la ciudadanía: una democracia participativa y solidaria

Necesitamos tener claro que los grandes poderes financieros atenazan a los estados y que la solución debe venir de la unión de todos los pueblos.

Es posible vivir en armonía con el planeta y acabar con el sufrimiento.

Por eso en estas elecciones he apostado por Zaragoza en Común, desgraciadamente en Aragón no ha sido posible la confluencia para Las Cortes, por eso pido el voto a EQUO.

(1)La inteligencia ecológica es la capacidad de aplicar nuestro conocimiento de la actividad humana para hacer el menor daño posible a los ecosistemas y vivir de un modo sostenible en nuestro nicho (para el momento actual abarca la totalidad del planeta). Implica el conocimiento y comprensión de muchas interacciones que existen entre los sistemas humanos y los naturales.
Hemos de desarrollar habilidades para descubrir los impactos ocultos con empatía hacia toda forma de vida.
La inteligencia emocial y la social nos dan la capacidad de asumir la perspectiva de los demás, de sentir lo que sienten y de mostrarles nuestro respeto. La inteligencia ecológica extiende esa capacidad a todos los sistemas naturales, desplegando la empatía dónde advirtamos cualquier signo de sufrimiento.
La inteligencia de un solo individuo es incapaz de entender tal cantidad de conocimientos, para sobrevivir en el mundo actual necesitamos la colaboración y el esfuerzo de un número amplio y diverso de expertos.
La última adición al cerebro humano son las habilidades sociales. La colaboración y el intercambio de información resultan vitales para comprender y elaborar las bases necesarias para actuar por el bien común:
-         Conoce tus impactos
-         Alienta las mejoras
Comparte lo que aprendas