jueves, 23 de febrero de 2017

GAROÑA NI DE COÑA


Nos encontramos en un momento determinante para el futuro de nuestra sociedad. Las decisiones que se tomen ahora van condicionar el diseño del sector energético del mundo en las próximas decadas. Y la forma en que una sociedad produce y utiliza la energía es el factor más importante en cuanto a como es y como de sostenible será esa sociedad. Asi ha sido a lo largo de la historia y asi será en este siglo XXI, en que el crecimiento de la población y la economia humana ha topado con los límites físicos de nuestro planeta.

         Una de las decisiones más importantes a este respecto que se tienen que tomar es el papel de la energia nuclear. Hasta hace unos pocos años estaba claro que la energia nuclear esta en decadencia, y que su papel en el mix energético del futuro iba a ser marginal o directamente inexistente. Tanto el número de reactores, com la potencia total instalada, e incluso el porcentaje de energía (tanto en terminos de energia eléctrica como de energia primaria) de origen nuclear alcanzaron su máximo hace años y estan disminuyendo. La mayoria de los reactores nucleares en funcionamiento ya tienen muchos años y, a pesar de los esfuerzos de sus dueños para prolongar su producción, (muchas veces, a costa de su seguridad)  deben cerrar en los próximos 10 años.

         El impacto en la opinión pública de los accidentes de Harrisburg, en 1979, y sobre todo de las terribles consecuencias del accidente de Chernobil, una nube radiactiva equivalente a 100 veces las bombas de Hiroshima y Nagasaki y centenares de miles de muertos se estaban olvidando. Y recordemos que fue justamente este impacto,  junto con la asociación de las centrales nucleares con la producción de bombas atómicas, la causa de la crisis en el crecimiento de la energía atómica. Estaba empezando a hablarse de nuevas centrales nucleares, más seguras y economicas, aunque más palabras que proyectos en firme; y llevavamos ya algunos años bajo una intensa campaña de propaganda y relaciones públicas por parte del potentisimo loby nuclear, con una enorme capacidad de  presión sobre  los medios de comunicación, via su cuenta de publicidad o directamente mediante la participación en sus consejos de administración. En esta campaña nos aseguraban que la energia nuclear era necesaria, que un accidente grave en una central nuclear nunca más volvería a pasar, y sobre todo, que nunca podría ocurrir en países democráticos y tecnológicamente desarrollados.

         El desastre de la central de Fukushima en Japón (similar a la de Garoña), país desarrollado e hipertecnológico donde los haya, se ha encargado de disolver de golpe este  nuevo engaño y  ha cambiado por completo el panorama. A pesar de la politica de ocultismo y falta de transparencia en la información que llevó a cabo del gobierno de Japon y TEPCO, la empresa propietaria de esta central,  no se se pudo disimular la enorme gravedad de este accidente, cuyas consecuencias, en forma de contaminación radiactiva, son comparables a las de la catastrofe de Chernobil, y que  aun no ha acabado. Los escapes radioactivos continuan Tampoco esta descartada la posibilidad de que ocurran nuevas complicaciones. Además de los miles de victimas mortales que dejó el terremoto y el posterior tsunami, este accidente nuclear  ocasionó numerosas victimas y centenares de miles de personas perdieron sus hogares, trabajos.., sus vidas, en definitiva. Y en una parte importante no podrá recuperarlas nunca, ya que la contaminación radioactiva esta dejando amplias zonas inhabitables, durante, al menos, decadas.

¿Queremos exponer al valle del Ebro a ese peligro?

         La ciudadania mundial, y especialmente, la de los paises que, como el nuestro, acogen centrales atómicas se ha vuelto dolorosamente consciente del peligro que supone mantener estas instalaciones en funcionamiento y ha dado un paso adelante. Esta protagonizando una gran movilización para exigir a los gobiernos que se cierren las centrales nucleares, y para que prevalezcan los criterios de seguridad por encima de los beneficios económicos de las compañias eléctricas; una movilización que ya ha conseguido resultados concretos en el mismo Japon y en paises de nuestro entorno como Alemania e Italia.

         La sociedad  representada aqui hoy por organizaciones ecologistas, por supuesto, pero también sindicales, educativas, políticas y sociales, está hoy aquí pidiendo que no se reabra porque pondría en peligro en caso de accidente a nuestro modo de vida.

         Tenemos la responsabilidad y la obligación moral de combatir la energía nuclear por el interes comun de la humanidad, porque se puede vivir bien sin nucleares. Porque ¿Como justificaremos ante las generaciones futuras que hemos asumido riesgos temerarios e inconfesables, sólo para que las empresas electricas se enriquezcan? Porque esta es el único y verdadero motivo que queda cuando logramos traspasar todos los disfraces y mentiras del lobby nuclear, a las que se responde a continuación:

-La energía nuclear es muy peligrosa, está gestionada por compañías cuño fin es lucrarse y tratan de gastar lo mínimo imprescindible para su correcto funcionamiento y a veces icumplen: ha habido ya muchos accidentes nucleares graves en la  industria civil: Chernobil (Ucrania) 1986 con un nivel 7 en la escala INES, Kyshtym (Russia) en 1957, con un nivel 6, Harrisburg (USA) en 1979, y Windscale Pile, (UK)en 1957, ambas de un nivel 5 y el más reciente Fukushima, cuyas consecuencias son comparables a las de Chernobil. Además ha habido otros muchos accidentes menos graves, incluyendo uno en la central de Vandellos I (Tarragona) en 1989, de nivel 3, a raíz de la cual tuvo que cerrarse.

-La energía nuclear es cara: el coste real del kw·h nuclear en España, es algo más de 0'1 €, el más caro de todas las formas de generación, y con tendencia a subir, ya que el precio del uranio esta aumentando exponencialmente (lo importamos), y las nuevas medidas de seguridad que se exigien a raiz del accidente de Fukushima, como ya paso con el de Chernobil, las hacen más costosas. Hay que destacar que a las compañías eléctricas si les sale rentable tener centrales nucleares porque además de las enormes ayudas públicas recibidas, una gran parte de sus costes están socializados, es decir los pagamos toda la ciudadanía, como la gestión de los residuos, las carreteras de evacuación, los programas de protección civil, los seguros de funcionamiento (las empresas eléctricas sólo responden por daños hasta 1200 millones de euros en caso de accidente nuclear, del resto responde el estado, o sea, los ciudadanos españoles) y, por supuesto, hay que incluir las consecuencias económicas y humanas en caso de accidente. Además siempre están conectadas y el precio que se les paga en el MIX es el del último que entra en la subasta, un sistema completamente injusto.

-La energía nuclear no es necesaria: En España la electricidad de origen nuclear aporta aproximadamente un 20% de la generación total, mientras que las renovables aportan el 35 %. Más concretamente, las nuevas energías renovables (eólica, solar, biomasa), que se han instalado todas en los últimos años ya la superan y la tendencia es a continuar aumentando su aportación. Hay, por tanto, alternativas. Es totalmente factible seguir desarrollando las energías renovables para sustituir toda la contribución de la nuclear y estas energías son más seguras, limpias y baratas que la  nuclear. Además, existe un amplio margen para reducir el consumo, y por tanto la generación eléctrica, mediante medidas de ahorro y eficiencia energética.  Y más aún, dado el sobredimensionamiento del sistema eléctrico español, se podrían cerrar mañana todas las centrales nucleares sólo poniendo en marcha algunas de las centrales de gas que están ahora paradas. Tampoco es cierto que si no producimos energía nuclear la tengamos que importar. España exporta desde 2004 el 2-3% de su producción eléctrica neta, y últimamente exportamos incluso a Francia. Podemos, por tanto prescindir de la central nuclear de GARONA sin ningún problema importante para la economía y sin ningún riesgo de desabastecimiento como ya se ha visto.

-la energía nuclear no evita el cambio climático: Aunque es verdad que durante la operación de una central no hay casi emisiones de CO2 , si la hay durante  las operaciones de minería, pulverización de la roca,  purificación y enriquecimiento del uranio, asÍ como en su transporte. Y también durante la construcción del reactor (al requerir aproximadament 500.000 tm de hormigón y 50.000 tm de acero), su desmantelamiento y en la gestión de sus residuos. Se estima que las emisiones medias de la industria nuclear en el mundo es 66 g de CO2/kw·h, menos que el gas, el fuel o el carbón, pero mucho más que cualquier renovable. Y la tendencia es que vaya aumentando, ya que la riqueza de mineral de uranio cada vez es menor, lo que obliga a extraer, triturar, etc.. cada vez más toneladas de roca para extraer la misma cantidad de uranio. Además, las centrales nucleares no podrían sustituir las centrales térmicas de combustibles fósiles ni aunque se quisiera, simplemente porque sus reservas son limitadas y su pico de producción esta próximo, que es el motivo de que su precio este subiendo exponencialmente en los últimos años.


-La energía nuclear no evita la dependencia energética. Todo el uranio que se utiliza en España viene de otros países, entre los que se encuentran algunos tan “estables” como Rusia, Namibia y Niger. Además, el paso tecnológicamente más difícil para la obtención del combustible nuclear, el enriquecimiento del uranio, sólo se realiza en unos pocos países, entre los que no se encuentra España. En cambio, las energías renovables si contribuyen a aumentar el grado de autoabastecimiento energético porque son autóctonas.

-La energía nuclear es muy sucia: Una central nuclear produce durante su funcionamiento miles de toneladas de residuos de  alta radiactividad, que son muy dañinos, cancerígenos, y teratogénicos incluso a dosis muy bajas. Pero lo más grave es que lo siguen siendo durante centenares de miles de años, y no existe ningún tratamiento que pueda inertizarlos, por lo que deben estar aislados de la biosfera durante todo este enorme periodo de tiempo, y eso es imposible garantizarlo. Se calcula que, incluso sin alargar su vida, las centrales españolas van a generar 12800 m3 de residuos de alta radiactividad, conteniendo 6700 Tn de uranio. Las empresas nucleares y el gobierno central, que esta actuando a su dictado, quieren meter todos estos residuos, que ahora están en las mismas centrales que los han generado, en un cementerio nuclear único y que no está libre de problemática.

-La energía nuclear es una gran consumidora de agua: Hay centrales que  la calientan y la vuelven a verter, produciendo contaminación térmica, además de con un poco de radiactividad,  pero otras además evaporan una parte importante, como la central de Cofrentes que evapora 21 Hm3 al año de agua de alta calidad del rio Xuquer.

-La energía nuclear es la peor desde el punto de vista sociolaboral: Es la fuente de energía que menos empleo genera por unidad de energía producida. En cambio, las renovables generan mucho más. Según los datos de un informe de CCOO en España el sector de las energías renovables generaba en 2007  (que se han perdido por el cambio de normativa) 89.000 empleos directos (y 99.681 indirectos), mientras que el sector nuclear no alcanza ni el 10% de esa cifra. La conclusión de este informe es que el sector de las energías renovables agrupaba, en 2007, a un millar de empresas que generan cerca de 200.000 empleos, un tercio en la energía eólica; y ocupa a trabajadores con contratación indefinida y un alto nivel de cualificación profesional. Las energías renovables generan niveles de eficiencia más elevados, disminución de los costos y mayor competitividad. Su implantación implica estimular nuevas tecnologías y nuevos sectores industriales , los que España lideraba y se ha dejado caer. Por el contrario, la energía nuclear es muy intensiva en capital (construir una central nuclear cuesta más de 5.000 M€), pero es muy poco intensiva en puestos de trabajo, salvo en el momento de su construcción.

Y por qué se desarrolló la energía nuclear:
- La tecnología nuclear existe porque se ha desarrollado para la guerra. El proceso de enriquecer el uranio para uso civil es el mismo que para el militar solo que enriqueciéndolo 9 veces más. De ahí que no se quiera que según que países dispongan de ella. Se utiliza la tecnología de fisión.

La pretendida separación de los usos civil y militar de la energía atómica es pues un mito, ya que los conocimientos y tecnología exigida por la energía nuclear pueden utilizarse tanto para producir electricidad como para hacer artefactos explosivos. Varios países han desarrollado programas de bombas de destrucción apoyados en tecnología facilitada por otros países bajo la retórica de los “fines civiles». El Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares (TNP) ha ayudado en la práctica a impulsar la proliferación nuclear ya que garantiza «el derecho inalienable de las partes firmantes a desarrollar las investigaciones, la producción y la utilización de la energía nuclear con fines pacíficos, y sin discriminación».

Las instalaciones nucleares, el transporte de plutonio y de residuos radioactivos constituyen blancos de primer orden para la acción terrorista. El secuestro de cantidades considerables de plutonio y de uranio enriquecido sirven para la fabricación de artefactos explosivos de carácter atómico. Un ataque de grandes proporciones a un gran almacén de combustible usado o de plutonio superaría con creces el accidente de Chernóbil en lo referente a muertes a corto y largo plazo, y en relación a la contaminación letal que se difundiría en los ecosistemas terrestres.




El futuro pasa por apostar decididamente por las energías renovables, por moderar nuestro consumo y hacerlo más eficiente e independiente: autosuficiencia energética.