Nos impresionamos ante el gran tamaño, la furia y la majestuosidad de una tormenta, pero es más maravilloso ese micro-fenómeno que es la fotosíntesis. Todo se debe a ese pequeño pero continuo esfuerzo que hacen las células(bacterias) para subsistir y evolucionar en todo el planeta durante miles de millones de años.
Evolución del Universo
Hace casi 15.000 millones de años se produjo
una gran explosión Big-Bang, toda la masa y/o energía del universo estaba concentrada (todo eramos una unidad), las
fuerzas de cohesión que la mantenían unida cedieron convirtiéndose en ondas de
energía de muy alta temperatura. Desde entonces la materia-energía del universo
se sigue enfriando y expandiendo.
Como producto de esa gran explosión se elevó pues la
temperatura, apareciendo radiaciones y partículas simples que fueron
aglutinándose para dar otras más complejas (La expansión no se produce de forma
completamente regular o exacta, necesitamos para evolucionar de esas pequeñas
diferencias).
Así pues esos pequeños desequilibrios hicieron que hubiese
cavidades con mayor o menor contenido de partículas o paquetes giratorios de
energía. Esta energía giratoria de las partículas generó un conjunto de
fuerzas, de forma que podían atraerse si estaban lo suficientemente cerca,
pasando a formar los átomos más simples, o siguieron flotando en soledad. En
pocos minutos pues las partículas subatómicas (los electrones y protones) se
unieron para formar hidrógeno y helio.
A medida que aumentó el número de átomos el joven y
explosivo universo creció, los desequilibrios existentes dieron origen a nubes
de gas, engendraron a su vez más remolinos, los más densos se transformaron en
protogalaxias chispeantes de luz. Dentro de ella se generan estrellas que
constituyen una galaxia, un gran sistema estelar que, a su vez, da origen
dentro suyo a sistemas estelares simples o dobles, algunos de ellos con
planetas como nuestro sistema solar. Todo esto duró miles de millones de años
Nuestra galaxia La Vía Láctea tiene forma de remolino
gigante. No todas las galaxias se forman a la vez, las hay de diversos tipos y
formas. Unas nacen y permanecen solas, otras se mezclan o son absorbidas pasando a formar parte de
otra mayor.
Nuestro sistema solar nació de gases y polvo cósmico diseminados
provenientes de una estrella más vieja que se transformó en supernova y explotó
hace aproximadamente 5.000 millones de años. La tierra todavía conserva parte
de la radiactividad proveniente de esta explosión y su núcleo se mantiene
gracias a ello caliente.
Evolución de la Biosfera
Veamos el desarrollo biosférico en nuestro planeta e
infirámoslo a los planetas del entorno a ver que ocurrió u ocurrirá con el
mecanismo evolutivo Biótico.
Nuestro planeta era una bola ígnea en cuyo interior se
producían explosiones nucleares, el exterior se enfrió formando una costra
delgada, la superficie se transformó en piedra alrededor de un centro caliente
y fundido. Su corteza delgada se derretía y fundía una y otra vez, y los
elementos pesados se hundían gradualmente hacia el interior, mientras los
elementos más livianos formaban una capa esponjosa de piedra. La Tierra actual
tiene una corteza más gruesa, separada en grandes placas tectónicas, que flotan
sobre el manto más denso que envuelve al núcleo. Aún hoy en día, podemos ver a
los elementos más calientes del manto, licuados, derramarse a través de
volcanes que perforan la corteza.
Cuando la corteza de la Tierra se fracturaba, el contenido
interior en forma de lava la inundaba. La lava se separa en tres sustancias:
átomos pesados, que se enfrían para dar lugar a una nueva corteza rocosa, agua,
que brota en forma de vapor y otros átomos livianos que flotan por encima o por
fuera de la superficie del planeta en forma de gases. Con los sucesivos
procesos se fue engrosando la corteza terrestre y los gases aumentaron, el
vapor de agua con el tiempo se enfriaba y caía a la superficie de la tierra
conformando los océanos.
Las montañas se creaban como consecuencia del material que
arrojaban los volcanes y como fruto del deslizamiento de partes de la corteza
terrestre. Los meteoritos que caían sobre la Tierra originaban grandes
cantidades de hoyos y grietas, se entremezclaban sus materiales.
Los gases que flotaban alrededor del planeta no tenían
nada que ver con los que respiramos hoy. No había oxígeno, sino una mezcla de
gases que de no haber sido porque la Tierra empezó a vivir sería algo semejante
a sus vecinos. Pero sobre todo tenía gran cantidad de agua líquida, algo que
resulta imprescindible para el transporte de provisiones de un lado a otro como
lo hace la sangre en un organismo vivo.
Tenemos pues en los vecinos planetas otros dos ejemplos del desarrollo
bioesférico, uno en el cual es posible que se desarrolle la vida como en nuestro pasado
(Venus), el otro del probable futuro sin vida exterior (Marte).
Tratemos de analizar la oscura y densa atmósfera de Venus,
constituida en su mayor parte de compuestos carbonados azufrados y nitrogenados
(CO, CO2, CH4, SO2, H2SO4, NH3…) y mucho vapor de agua; esto hace a su
atmósfera sea bien caliente con una presión aplastante, como la de la tierra
para la misma era geológica. ¿Que otra cosa puede resultar en dos planetas de
tamaño y composición similares?, la única prueba tangible que explica el porqué
la Tierra se enfrió primero es que se encuentra a una mayor distancia de un Sol
que se ha ido enfriando; por ello, Europa (Satélite de Júpiter) y después Marte
tuvieron probabilidad de vida antes que la Tierra.
Pero siguiendo con nuestra evolución del planeta veremos
que la energía del Sol calentó la superficie del planeta, evaporando agua de
los mares y que se producían grandes tormentas que ponían en movimiento un
sistema de reciclado de agua, que caía sobre la superficie arrastrando tierra
molida y polvo repleto de sales rocosas hasta los mares. Se formaron los ríos y
corrientes que condujeron los nutrientes necesarios para la construcción de
grandes moléculas, quizás en aguas poco profundas con la ayuda de la luz solar
y las tormentas eléctricas.
La vida en nuestro planeta está basada en la
química del carbono
Todo lo que existe sobre la Tierra está compuesto por las
mismas provisiones originales aunque recicladas (A excepción del aporte de
nuevos meteoritos). La materia de los seres vivos que habitamos el planeta está
formada básicamente por la química del carbono o química orgánica. El átomo del
carbono rodeado por átomos de hidrógeno, que junto al oxígeno, nitrógeno,
azufre y fósforo dan lugar a todo tipo de sustancias y moléculas orgánicas. Es
posible que existan otros tipos de vida en el universo basados en otra química
similar como el silicio (también de valencia 4) o que sea completamente
diferente a la nuestra.
Pero ¿Qué es la vida?
Los científicos no se ponen de acuerdo en definir qué es
la vida. Algunos creen que la vida comenzó con pequeñas masas de moléculas
orgánicas agrupadas o envueltas. Estas moléculas orgánicas constituirían
materia inerte que se transformó en vida sólo cuando pudo mantenerse unida bajo
ciertas condiciones. Todavía estaríamos varados en la cuestión de qué es la
vida. ¿Qué es lo que hace que moléculas inertes en algunos lugares, en ciertos
planetas, surjan a la vida cuando se agrupan o encadenan bajo ciertas
condiciones? Aún cuando estemos hablando de cosas muy pequeñas aún hay un gran
salto entre materia y vida.
Se podría mejor considerar la vida como un proceso que
como un tipo de materia. Los biólogos chilenos Humberto Maturana y Francisco
Varela consideran a la vida como un proceso “autopoiesis”. Una unidad
autopoiética, u holón, produce las mismas partes de las que se compone y las
mantiene en perfecto estado de funcionamiento mediante la renovación constante.
Un holón autopoiético funciona bajo sus propias reglas y crea un límite que lo
distingue de su entorno, y a través del cual intercambia materiales con su
medio ambiente. Nuestra Tierra GAIA estaría viva en ese concepto.
Podemos establecer una semejanza y considerar a cada
criatura como una célula y a cada especie como un órgano. Todo el ecosistema es
como un órgano ecológicamente equilibrado que se desarrolla como un todo. Hay
una coevolución, cada especie debe buscar la coherencia con las otras y con el
entorno. Tal vez suceda que la vida evoluciona como el proceso esencial del
cosmos en general y no como el resultado de algo que sucede en un punto
específico, al que intentamos encontrar desesperadamente en vano. Quizás las
galaxias constituyan una porción muy significativa del proceso vital cósmico.
El como apareció la vida en el planeta tierra, como en
cualquier otro planeta, es motivo de debate, y no se han presentado las pruebas
lo suficientes sólidas que apoyen una teoría y descarten las otras. Bien sea la
Voluntad Divina (aparición espontánea), o la resultante de combinaciones
químicas en presencia de descargas electromagnéticas e irradiaciones cósmicas
durante millones de años (también aparición espontánea), o la fecundación del
planeta por medio de aerolitos provenientes de otros cuerpos celestiales
(planetas y satélites) que tienen o tuvieron vida, o sencillamente que una nave
espacial aprovechó el planeta para abastecerse de agua fresca y descargar sus
aguas servidas (En fin que también se considerará aparición espontánea en el
primer planeta o satélite donde quiera que surgiera la vida). Por tanto
cualquiera que sea la forma solo cuando un planeta ya tiene formada su biosfera
aparece la vida en el mismo, no antes.
Retrocedamos en la historia de la tierra hasta que era una
bola de lava incandescente, allí comenzó a formarse la biosfera del planeta.
Atmósfera e hidrosfera se comenzaron a formar, aunque unidas y en estado
gaseoso. Todo lo que podía entrar en combustión lo hacia, y el carbono no era
la excepción, grandes nubes de monóxido y dióxido de carbono se levantaban, así
como también vapor de agua, anhídrido y ácido sulfúrico, amoniaco y metano; una
actividad volcánica que no ha tenido la Tierra desde entonces, ya que toda la
superficie del planeta era un volcán en erupción.
Al ir enfriándose la superficie terrestre al punto de
presentar una corteza medianamente sólida (como en Venus actualmente) y posteriormente
precipitar la mayor parte del agua presente en la atmósfera se puede decir que
se ha creado la biosfera. Con una atmósfera por demás densa y opaca, por las
características ópticas de sus componentes y las cantidades de los mismos en
especial los carbonados.
Establecida la vida en el planeta es protegida de los
rayos ultravioleta por la joven atmósfera, no por una capa de ozono (que en la
Tierra apareció en el Devónico) sino por los componentes de Carbono presentes
en la atmósfera que hacen de lentes de sol con protección UV.
Podemos suponer que la vida se encontraba en el fondo del
lecho marino, como en la actualidad se encuentra en las fumarolas submarinas.
Si podría ser así, en el paraíso procariótico de las profundidades del lecho
marino a salvo de estos rayos, pero al ir desapareciendo la abundancia de
fumarolas volcánicas la vida necesitaba otra fuente de energía, porque la vida
siempre necesita de una fuente de material constituyente y energía externa a
ella para poder subsistir, y al disminuir la actividad volcánica también
disminuyó la emanación de cenizas que evitan la entrada de la luz solar por ser
un excelente material reflexivo que aumentaba enormemente el efecto pantalla
del planeta.
Entonces al ver mermada la fuente de alimentación de
origen volcánico y al haber un incremento de la radiación solar, la elección es
obvia; teniendo Carbono en abundancia, en forma gaseosa, y una fuente de
energía en incremento, como lo es la energía solar, que aumenta cada vez más a
medida en que se transparencia la atmósfera, opta la vida por adaptarse a la
existencia fotosintetizadora, la cual donde mejor se puede sostener es en la
superficie de los mares primitivos, ya que la luz solar útil para la
fotosíntesis, y menos la de aquella época, no penetra muchos metros en el agua.
Más adelante profundizaremos en el incremento de la
radiación solar y su impacto sobre la vida. Desde que la vida vegetal se
estableció en el planeta, su complemento, la vida animal comenzó a subsistir de
ella, ya que las formas de vida siempre se agrupan en cadenas de
interdependencia llamadas ecosistemas.
Recapitulando, el primer ecosistema del planet
a tenía como
fuente de energía las emanaciones volcánicas, los componentes azufrados que
despedían las fumarolas submarinas proporcionaban la energía, pero al ir
disminuyendo las mismas por la disminución de la actividad volcánica y por ende
el aumento de la irradiación solar (al disminuir la cantidad de ceniza
volcánica en la atmósfera) a la vida no le tocó otra opción que cambiar la
fuente de energía que le sustente (porque la vida siempre depende de una fuente
de energía externa a ella), y así se formó el primer ecosistema dependiente de
la fotosíntesis; reinaba una presión atmosférica aplastante y pocos recursos
para tener algo más, la Tierra solo podía tener vida Mónera.
Este es el periodo durante el cual la vida era unicelular,
duró la mayor parte del tiempo de la historia de la evolución, es
decir: de aproximadamente 4.650 millones de años que tiene el planeta 3.800
millones de años la tierra ha sustentado la vida, de los cuales prácticamente
2.900 millones de años han sido de vida unicelular versus 900 millones de años
que tienen el resto de las eras geológicas. El motivo de esto es por economía y
eficiencia. La eficacia es la característica de los seres vivos: sacan el
máximo rendimiento de los procesos. Ciertas partes de los ecosistemas
trabajan muy duro para que las plantas y los animales de mayor tamaño tengan
ambientes adecuados.
Tenemos pues un océano al que apenas le llega la luz, pero
al que le llegan cantidad de nutrientes, bien arrastrados desde la superficie
de la tierra por la acción erosiva del agua de lluvia, bien directamente por
esta o por precipitarse las cenizas provenientes de los volcanes. En ese caldo
de cultivo se formaron macromoléculas y se dieron las condiciones para la vida.
Se supone que las proteínas formaron con el ADN o el ARN,
o con ambos cooperativas moleculares que resultaron el sistema básico de
reproducción de la vida a base de carbono, gracias probablemente a poder
encerrarse en liposomas (esferas huecas de cuerpos grasos). Esta es la esencia
de cómo la corteza sólida y fundida de la Tierra comenzó a reacomodarse para
dar origen a las criaturas vivientes.