La
Organización de las Naciones Unidas declaró el año 2002 como el
Año Internacional de las Montañas en reconocimiento del rol crucial
que las montañas desempeñan en nuestra vida. Cada día, uno de cada
dos habitantes del planeta sacia su sed con agua originada en las
montañas. Son 3.000 los millones de personas que dependen del flujo
continuo de agua potable limpia de estas "torres de agua".
“Las
montañas del mundo son mucho más importantes para la vida de la
Tierra de lo que muchos de nosotros creemos. Están tan vivas como
los océanos y son determinantes para nuestro bienestar. Si la
situación no cambia, en los próximos años iremos viendo como estos
ecosistemas milenarios cederán ante la mayor plaga conocida: el
hombre.”
(Chistian
Sellés)
Al
contrario de lo que se puede pensar por el gran movimiento migratorio
desde las zonas rurales a las grandes urbes, las poblaciones de
montaña crecen un 1% al año. La FAO (Organización de las Naciones
Unidas para la Agricultura y la Alimentación) estima que unos 770
millones de personas viven en regiones montañosas. Hoy día ya se
cuentan entre las poblaciones más pobres, más hambrientas y
marginadas del planeta.
La
inseguridad hospitalaria, el cierre de las escuelas es otro motivo a
destacar que lleva a estas poblaciones a esta situación de
emigración a las grandes urbes. Además del cambio que realizan los
campesinos al abandonar las prácticas de agricultura tradicionales
por métodos insostenibles en terrenos montañosos frágiles.
No
sólo las personas sufren. Las montañas comienzan a experimentar un
gran deterioro por los cambios climáticos, la contaminación, la
explotación minera y el turismo. Estas actividades aumentan el
riesgo de desastres tales como inundaciones o desprendimientos de
tierra. La biodiversidad de estos "gigantes naturales" se
halla entre las más grandes gracias a la extraordinaria gama de
elevaciones y climas existentes en los ecosistemas verticales. Esta
riqueza se demuestra en que de las 20 plantas que proveen el 80% de
los alimentos del mundo, seis tuvieron su origen en las montañas. La
patata fue encontrada por primera vez en los Andes de Perú, el maíz
en la Sierra de México y el sorgo en las tierras altas de Etiopía.
Una
quinta parte del territorio mundial está constituido por montañas.
Pero los gobiernos no parecen ser conscientes de su importancia y
necesidad para la vida. En vez de intentar llevar a cabo políticas
para la implantación de prácticas de conservación inocuas para el
medio ambiente, se olvidan de estos territorios.
Y
lo peor es cuando se acuerdan a la hora de recibir ingresos motivados
por la industria del turismo: estaciones de esquí, urbanizaciones,
complejos comerciales (Véase sin ir más lejos ARAMON). El gobierno
debería en cambio para poder afrontar los costos totales de
conservación y uso sostenible de sus recursos, promover otro tipo de
usos compatibles.
El
gobierno nepalí instauró una tarifa de 50.000 dólares por
expedición que pretenda ascender el Everest. Un 30% de este impuesto
tenía que ser destinado a la limpieza y al trabajo de desarrollo de
la comunidad afincada en torno al monte. En la actualidad estas
cifras son ligeramente inferiores a lo acordado y aunque se
cumplieran no se podría llegar al objetivo marcado. Hemos visto miles de turistas que han lo han convertido en un estercolero...
Son pocos los
casos en los que el importe íntegro de este impuesto es destinado al
fin marcado. Tal es el caso de Ruanda, donde para poder observar los
gorilas se debe pagar 200 dólares por visita que son destinados a la
conservación del Parque Nacional Des Volcans.
La
globalización ha tenido efectos negativos en las áreas de montaña
debido a las distorsiones del mercado. Para contrarrestarlos en Suiza
tuvo la Conferencia Internacional sobre Agricultura Sostenible y
Desarrollo Rural en las Regiones de Montaña, organizada por la
Oficina Federal Suiza de Agricultura en estrecha colaboración con la
FAO. Como objetivos destacaban la compensación que se tiene que dar
a las poblaciones de montaña por la conservación del medio
ambiente, además de facilitar la instauración de cultivos que
permitan un desarrollo sostenido.
La
Declaración pide el reconocimiento de los derechos de las
comunidades rurales, de las poblaciones indígenas y las tribales,
así como el acceso a los alimentos, al agua potable y a los
servicios básicos como la educación, la salud, la sanidad, la
vivienda y la energía. Combatir la erosión de los suelos, la
degradación de las tierras, la deforestación, la pérdida de
biodiversidad, la interrupción de los flujos de agua y el retiro de
los glaciares son mimbres básicos para la conservación y mejora de
la situación de las montañas.
Pero
en realidad no me alcanzan las palabras para describir la locura a la
que asistí en vivo y en directo: Ampliaciones de las Estaciones de
Esquí, montañas enteras deforestadas desde sus cimas hasta sus
estribaciones, incluyendo en esta "esquila", la absurda
remoción de hasta el último de sus pastizales y arbustos... Y
todo sin contemplar siquiera las fuertes pendientes... Lo cual
provoca el deslave completo de la capa superior de tierra fértil,
que es arrastrada por la ladera y va tapando rápidamente todos los
arroyos y manantiales que antes corrían libres... Y provocando
la consecuente desaparición de la vida de los ríos que ha sido
desde siempre uno de los eslabones básicos de estos ecosistemas.
Y así estamos... En el Norte y en el Sur... Siguiendo los peores
ejemplos en todos los ámbitos sociales, éticos y ecológicos.
Creyéndonos el cuento de la globalización como una forma económica
inteligente y digna de imitar (una ilusión que jamás se podría
concretar en un sistema capitalista apuntalado por la explotación
del hombre por el hombre, y en un consumismo desmedido que se
mantiene por medio de la sobreexplotación de los mal llamados
"recursos naturales")...
Gravísimo
problema al que se le agrega la destrucción de las economías
biocomarcales, que serían la única forma de contrarrestar ese
modelo, brindando cada vez más arraigo y obteniendo cada vez más
autonomía. Una forma de adecuar la política según el perfil de
cada región, respetando las decisiones tomadas en conjunto por la
población local y los pueblos originarios, siguiendo patrones de
conservación a largo alcance y permitiendo que las generaciones
futuras puedan seguir beneficiándose de un ambiente sano y propicio
para la vida. Sinceramente quedamos muy impactados por esa cadena de
desastres ecológicos difíciles de entender hasta para el más
inexperto de los observadores, que te producen una indignación sin
límites, seguido por una pregunta candente para el futuro de la
humanidad: " Qué sentido puede tener una política de estado
que permite la desaparición de los bienes naturales sobre los que se
basa la subsistencia del planeta entero?". La respuestas sin
embargo hay que buscarla en otra simple pregunta: "Quienes son
los directos beneficiarios de semejante canallada?". ...
Sobredimensionadas corporaciones manejadas por ejecutivos que
funcionan con una inercia económica que sólo contempla ganancias
para sus accionistas y no conoce razones de lógica o sentido
común... ... Ganancias fabulosas a corto plazo, que implican una
degradación sistemática que conduce a desastres inevitables en el
mediano y largo plazo... Leyes de mercado que se rigen por precios
que ignoran toda consideración sobre los valores...
En
definitiva, demostraciones cabales del suicidio colectivo hacia el
que vamos enfrentando nuestro destino como civilización ... Y sin
embargo, en el mar de anestesia y desinformación en el que vivimos
sumergidos, siquiera provocan reacciones que permitan revertir esta
situación de alto riesgo... Tenemos la sensación de estar
transitando por una cuerda floja... Y deseamos con cada una de estas
reflexiones colaborar para seguir despertando esa lucidez que a veces
aflora en situaciones de peligro extremo... Algo que los montañeros
hemos experimentado con mucha conciencia en el caso de Espelunciecha,
y que nos ha permitido actos colectivos de respecto y a la
imprescindible re-valorización de los bienes naturales de las
Montañas...
¿Vuelven las máquinas a Castanesa? Arrecian los rumores sobre el reinicio de las obras en Castanesa. No podemos consentir nuevos destrozos en la montaña aragonesa cuando todos los recursos humanos y económicos deben dirigirse hacia una salida social y ecológica de esta crisis. Participa en la campaña de la Plataforma "Castanesa en las Cumbres" desde el 5 de julio.
¿Vuelven las máquinas a Castanesa? Arrecian los rumores sobre el reinicio de las obras en Castanesa. No podemos consentir nuevos destrozos en la montaña aragonesa cuando todos los recursos humanos y económicos deben dirigirse hacia una salida social y ecológica de esta crisis. Participa en la campaña de la Plataforma "Castanesa en las Cumbres" desde el 5 de julio.
Rosa
Burgos Pérez