viernes, 2 de agosto de 2013

INCENDIOS FORESTALES: ARDE NUESTRO FUTURO



Como cada verano asistimos al espectáculo dantesco de los incendios de bosques y montes. Nos dan datos estadísticos sobre si todavía no se ha superado la superficie quemada del año anterior y te queda  un rumor sordo en el cerebro tratando de extrapolar las cifras en imágenes de desolación, impotencia y dura lucha por sofocarlo de  bomberos, guardia civil, forestales y las gentes del lugar.

Después, pasada la rabia te preguntas si no hay forma de evitarlos,  la mayoría son intencionados o a causa de negligencias. Ya no queda tiempo para parar el cambio climático e impedir la degradación de la Naturaleza de forma irreversible, hemos de ser conscientes de ello toda la ciudadanía, y los incendios aceleran más el proceso, por tanto debemos estudiar las causas y actuar: Poner medios para que no se produzcan, y si lo hacen colaborar en la rápida extinción y recuperar la zona adecuadamente.

Con cada incendio se emiten a la atmósfera toneladas de CO2 (100 por hectárea, hay que recordar que los árboles son el mejor sumidero de CO2), además de dejar el suelo fértil quemado por lo que se degrada y erosiona fácilmente, y es una masa forestal que deja de colaborar en proporcionarnos oxigeno para respirar, en algunos casos se pierden especies animales o vegetales difíciles de recuperar y sobre todo algunas veces desgraciadamente se producen perdidas de vidas humanas.

Con el cambio climático se reduce la capacidad de los ecosistemas para responder y recuperarse de los incendios, la vegetación está adaptada a la acción del fuego y en muchos casos es capaz de rebrotar  o recolonizar, pero ¿Por qué se quema el monte?

·        Por un lado tenemos el abandono de la actividad tradicional del mundo rural: pastoreo y recorte de monte bajo (recogida de leña por los lugareños). Esto hace que haya cantidad de masa vegetal entre los árboles que puede ser presa y  propagar fácilmente el fuego.
·        Por descuidos humanos: la principal es por la costumbre de quemar los rastrojos y ribazos entre la población rural. Y por otras actividades en la que accidentamente se puede derivar la propagación del fuego.
·        Por actos humanos deliberados: Negocio entorno a la venta de madera, precalificación del suelo, apagado de incendios y repoblación de zonas quemadas.

Es hora de que las administraciones tomen medidas no solamente para detectar y  extinguir los incendios, redes de cortafuegos, pistas forestales, puntos de aguas y repoblación sino para evitarlos. ¿Cómo?

Los bosques no deben ser homogéneos eligiendo las especies adecuadas sobre todo autóctonas, se deben mantener “limpios”con desbroces selectivos y localizados que no supongan la total eliminación del monte bajo.

Controlando la gestión de los incendios para evitar que el que los produce intencionadamente se aproveche de ello: Toda la actividad empresarial que pueda beneficiarse tanto para extinguir como para reforestar,  La madera quemada y otros productos forestales afectados y  prohibición de cualquier cambio de uso permanente o temporal de los montes.

Promoviendo actividades encaminadas a mejorar la prevención y mantenimiento adecuado de la masa forestal.

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